Tus acciones hablan mas fuerte que tus palabras

Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4.12)

Dios habla por medio de la Palabra, para cambiarnos y modelarnos. Ahora nos toca a nosotros dejar de hacernos los despistados y comenzar a escuchar todo aquello que Él nos dice, haciéndolo no solo conseguiremos una mejor relación con nuestro Padre si no que estaremos dando pasos en la dirección correcta para ayudar a otros a llegar a Cristo.

Por eso el tema que Dios me ha estado hablando últimamente es sobre la responsabilidad que tenemos sobre nuestras propias vidas y sobre las personas que Él ha puesto en nuestro entorno. La frase dice:
"Lo que haces no me deja escuchar lo que me estás diciendo"

Podemos encontrar esto reflejado en nosotros continuamente como le paso a Saul en 1 Samuel 15. 1,3-4,9, 13-14, 19
Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá.
Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.

Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?
¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?


Exactamente lo mismo le paso, él decía  "Yo hice como Dios me mando", pero detrás de él estaban todas las vacas y ovejas que tenia que matar. Sus acciones hablaban mas fuerte que sus palabras. No sirve de nada decir y prometer mil cosas cuando las personas ven quienes somos por nuestros actos, lo que hacemos cada día de la semana, cada instante, eso es lo que dice quienes somos en realidad.

Cuando enfrentamos la vida diaria ¿cómo lo hacemos?


Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Romanos 13.13-14



Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6.8-9


Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís. Amós 5.14

No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12.21

Dios nos deja claro la manera en que debemos actuar cada instante de nuestras vidas, independientemente de cual sea nuestras circunstancias. Debemos hacer el bien, dar testimonio, actuar con amor y con rectitud.
Además podemos engañar al hombre en cuanto a quienes somos en realidad pero a Dios no lo engaña nadie.

El Señor nos manda que pongamos de nuestra parte y que nos esforcemos por hacer las cosas bien y como a El le agrada.

Cambiad vuestra manera de pensar para que así cambie vuestra manera de vivir, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12.2

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4.8


Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Santiago 1.13-14

Dios enseña que el que sabe controlarse a si mismo, controlar sus pensamientos y sus acciones, es una persona que se conoce a si misma, es fuerte y temperante.
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; 
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad
Proverbios 16.32

Además tenemos el respaldo de que nada de lo que podamos sufrir en esta tierra, nada de lo que nos pueda pasar al hacer las cosas de la manera correcta en vez de la manera del mundo, podrá separarnos del amor de Dios.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8.38-39

Recordando que nuestras acciones, pensamientos y palabras deben ser dirigidas hacia lo mas puro y santo, así como hemos sido salvados también debemos vivir conforme a esa salvación  no descuidándola ni un segundo.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3.23-24

Recordando que nuestra mente puede engañarnos, ya que el mundo nos ofrece muchos engaños que parecen buenos, debemos meditar si aquello que hacemos nos acerca o nos aleja cada día mas de Dios, destruyendo así nuestra conciencia y dejándonos inmunes a las distracciones que evitaran que volvamos a encontrarnos con el Salvador.
Hay camino que al hombre le parece derecho; 
Pero su fin es camino de muerte.
Proverbios 14.12

Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
Salmos 34.14

Aparte de poner todas nuestras fuerzas para vivir de manera íntegra y recta, dando testimonio para salvación de nuestros semejantes, debemos poner nuestras vida en manos de Dios cada día y pedirle ayuda y templanza para rechazar aquello que sabemos que nos daña y estropea nuestra comunión con El; pidiéndole también que nos muestre todas aquellas cosas que nosotros no vemos pero que nos alejan de su amor. Lo primero que debemos es querer cambiar, sin importar lo que podamos dejar en el camino. Todo aquello que te cuesta dejar y sabes que te quita tiempo y relación con Dios pero a pesar de saberlo no quieres dejarlo es a lo que Dios llama ídolos.  A lo largo de la biblia nos advierte del peligro  de tener ídolos y el primer mandamiento es: "Amaras a Dios con todo tu ser" (Éxodo 20)

Podemos utilizar estas oraciones para pedirle ayuda a Dios en este tema:
¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Salmos 19.12-14

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Salmos 51.10



Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139.23-24

Y recordando que por medio de Jesucristo somos salvos de todos nuestros pecados, confesándoselos a Él, y solo a Él, ya que es el único que, por medio de su sacrificio, puede reconciliarnos con el Padre, quien nos ama y espera encontrarse con nosotros.

Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10.9-10


Que Dios te bendiga.