Como aquellas curiosas piedras que encontró un hombre
en una pequeña bolsa de piel en la orilla de la playa; con unas intentaba dar a
los pájaros y con otras las hacia rebotar sobre la superficie del agua, así es
el tiempo.
Cuando le dijeron a aquel hombre que esa pequeña
piedra que le quedaba era un diamante en bruto, fue corriendo para ver si podía
recuperar alguna de las que había tirado, pero no tuvo ningún éxito. Así es el
tiempo, una vez lo vivimos no lo podemos recuperar, nosotros decidimos que
hacemos con las piedras preciosas que con tanto cariño se nos han entregado a
nuestro cuidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario